(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)
Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc. (Génesis 4:17)
Cuando Caín dejó la presencia del Señor, buscó llenar el vacío que se había apoderado de su vida. Teniendo que lidiar con una conciencia incómoda por haber asesinado a su hermano, la desaprobación de su familia y, lo peor de todo, la desaprobación del propio Creador, buscó construir un legado personal para él y sus descendientes, dejando su nombre escrito en la historia. En el proceso, dio algunos pasos que definieron hacia dónde se inclinaba su corazón. Veamos:
Destruyó a su familia y rápidamente se dedicó a construir otra. Perdió su casa, pero construyó una ciudad. Si Dios puede construir mundos, puede construir una ciudad. Y al construir la ciudad de los hombres, no honra a su Hacedor, sino a su hijo. Leamos Génesis 4.17. Aquí hay una construcción de pensamiento muy compleja. Reflexiona conmigo: Caín estaba ejerciendo el mandato cultural ordenado por Dios de cultivar y custodiar la creación, administrando los recursos que ésta le ofrecía. Pero la motivación de su corazón desagradó a Dios. Hacía lo correcto por las razones equivocadas.
El problema no está en querer vivir por encima de la mediocridad, sino en la razón por la que lo deseamos. Creo que, a la luz de las Escrituras, todos debemos vivir lo mejor posible y dentro de la ética y la moral cristianas, conquistar todos los espacios que Dios nos da, para que allí ejerzamos una autoridad espiritual transformadora, como sal y luz, que cambie ambientes, transforme historias y derribe barreras espirituales. Pero esto debe hacerse para la gloria de Dios. Nuestro compromiso y esfuerzo por «marcar la diferencia» es con el propósito de despertar los corazones de aquellos con los que nos relacionamos al evangelio de Cristo y no de nosotros mismos. No ponemos nuestro nombre en la historia, levantamos el nombre de nuestro Señor. Cuando Dios nos pone en los altares de la tierra, ¡es su nombre el que glorificamos!
Palabra diaria: Señor, que pueda marcar la diferencia, por Ti y para Ti, donde me encuentre, guiado por Tu presencia y teniendo como norte cumplir Tu gloriosa voluntad.
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del Capítulo – Génesis 4
Génesis 4 habla principalmente de la historia de los hermanos Caín y Abel. Un estudio bíblico de Génesis 4 muestra lo malvado que se volvió el hombre después del pecado. Génesis 4 también registra la genealogía de Caín y el nacimiento de Set tras la muerte de Abel.
En el Génesis 4 podemos leer claramente la consecuencia de la Caída del hombre registrada en el Génesis 3. Además, la profecía divina sobre la enemistad entre la descendencia de la serpiente y la descendencia de la mujer comienza a tomar forma tan pronto en este capítulo. El despiadado Caín se muestra completamente hostil a su propio hermano, Abel (Génesis 4:1-16). Luego, en la parte final del capítulo, la descendencia impía de Caín también se contrasta con la descendencia piadosa de Set (Génesis 4:17-5:32).
Comentario Bíblico Génesis 4:17:
No hay mirada de enojo, envidia o de fastidio que escape a su ojo vigilante. El Señor razonó con este hombre rebelde; si tomaba el camino correcto, sería aceptado. Algunos entienden esto como un anuncio de misericordia. “Si no hicieres bien, el pecado, esto es, la ofrenda por el pecado está a la puerta y tú pudieras beneficiarte de ella”. La misma palabra significa pecado y sacrificio por el pecado. “Aunque no hayas hecho bien, no te desesperes todavía; el remedio está a la mano”. Se dice que Cristo, la gran ofrenda por el pecado, está a la puerta, Apocalipsis iii, 20. Bien merecen perecer en sus pecados los que no van a la puerta a pedir el beneficio de esta ofrenda por el pecado. La aceptación de la ofrenda de Abel por parte de Dios no cambió el derecho de primogenitura haciéndolo suyo; entonces, ¿por qué había de enojarse tanto Caín? Los apasionamientos e inquietudes pecaminosas se desvanecen cuando se busca en forma estricta y justa la causa.