Cuando yo era niño, siempre trataba de adelantarme a la sombra de mi cuerpo. Yo no entendía por qué mi sombra siempre iba adelante. Una vez estaba corriendo cara al sol, y cuando miré hacia atrás vi que mi sombra estaba detrás de mí, y que se mantuvo atrás todo el tiempo.
Así es con el Sol de Justicia. La paz y la alegría irán contigo mientras vayas con el rostro hacia él, pero quienes dan la espalda al sol están en tinieblas todo el tiempo. Vuélvete a la luz de Dios, y su reflejo ha de brillar en tu corazón.
Moody.
2 Samuel 22:29
«Porque tú eres mi lámpara, oh Señor: Tú das luz a mis tinieblas.»
Salmos 27:1
«El Señor es mi luz y mi salvación: ¿de quién temeré? Dios es la fortaleza de mi vida: ¿de quién he de atemorizarme?»
Salmos 36:9
«Porque contigo está el manantial de la vida: En tu luz veremos la luz.»
Salmos 90:17
«Y sea la luz de nuestro Dios sobre nosotros: Y ordena en nosotros la obra de nuestras manos, La obra de nuestras manos confirma.»
1 Juan 1:7
«Mas si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión entre nosotros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.»