Labios protegidos

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(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy) – * Ha sido agregado estudio de referencias cruzadas por palabras y términos de versículo al final del Devocional. Esperamos sea de bendición para ti.

Palabra:

Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios. (Proverbios 4:24)

Las palabras son poderosas. Pueden herir el espíritu de otra persona y frecuentemente dejan cicatrices permanentes. Pueden sembrar semillas de corrupción en mentes inocentes o indecisas. Pueden manchar buenas reputaciones y pueden frustrar buenos planes. Pueden conllevar una bendición profunda; pero también pueden conllevar una poderosa maldición.

Cierto día, Pedro aprendió acerca del poder de las palabras. «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente», le dijo a Jesús (Mateo 16:16). Esas fueron palabras potentes. La iglesia se edificaría sobre esa declaración. Sin embargo, momentos después, Pedro contradijo la voluntad de Dios con una reprensión irreflexiva al Señor. Sus palabras fueron una piedra de tropiezo, un producto del reino de la oscuridad. Fueron corruptas de una manera en la que no muchos de nosotros lo consideramos; no reflejaron la realidad de Dios.

¿Nos dice Proverbios que evitemos simplemente las vulgaridades en nuestro lenguaje? Probablemente no. Hay muchas formas de corrupción y de perversidad, además de las vulgaridades groseras: chismes, engaño, charlas tontas, rumores, negatividad, amargura, insultos y más. Todo eso contradice la verdad revelada de Dios. Va en contra de la corriente de su voluntad. En un sentido muy real, denigra y distorsiona la realidad y la belleza del reino de Dios y de su carácter.

Las Escrituras nos dicen que eliminemos el lenguaje irrelevante e inadecuado. Nuestras palabras conllevan cierta cantidad de poder con ellas, ya sea
para bien o para mal. Es nuestra responsabilidad asegurarnos de que conlleven el poder que edifica y no el que derriba; que refleja gloria y que no corrompe la imagen de Dios; que honra la verdad y no la falsedad. ¿Proteges tu boca? Muchos pasajes de las Escrituras nos advierten sobre la importancia de hacerlo. La lengua no es un arma pequeña. Ejerce un poder del que pocos de nosotros nos damos cuenta. Úsala de manera honorable y con sumo cuidado.

La sabiduría es saber cuándo hablar con franqueza y cuándo tener cuidado con lo que dices.

Oración:

Señor, protege mis labios y lléname con Tu sabiduría para que mis palabras sean un instrumento de bendición a otros y siempre un medio para Tu honra y gloria. Amén

Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen de Capitulo Proverbios 4:

El capítulo 4 del libro de Proverbios, es una exhortación poética a la sabiduría, presentada como un padre que aconseja a sus hijos sobre la importancia de buscar y retener la sabiduría por encima de todo. Este capítulo se centra en el valor intrínseco de tal conocimiento, comparando el mismo, con riquezas materiales y destacando su capacidad para guiar decisiones que demarquen el camino hacia una vida justa, protegida de la maldad.

El padre comienza recordando las enseñanzas de su propio padre, enfatizando la transmisión generacional de la sabiduría y la importancia de adherirse a ella. Se insta a los hijos a escuchar con atención, a no desviarse de las palabras sabias y a mantener sus corazones centrados en la rectitud.

Se presenta la sabiduría como un camino de vida, iluminando y guiando a quienes la siguen, mientras que los caminos de la maldad están llenos de oscuridad y peligro. El autor advierte contra la tentación de desviarse hacia la maldad y enfatiza la importancia de proteger el corazón, pues de él mana la vida.

La retórica del capítulo combina mandatos prácticos con metáforas poéticas para ilustrar la importancia de la sabiduría en la vida cotidiana. De allí, que Proverbios 4 no solo instruye sobre la adquisición de la sabiduría sino también sobre su aplicación práctica para vivir una vida recta y plena.

Referencias cruzadas Proverbios 4:24:

Efesios 4:29: «Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, para que imparta gracia a los oyentes.» Este versículo enfatiza la importancia de usar palabras que edifiquen y beneficien a los demás, en lugar de palabras dañinas o corruptas que derrumben a nuestros hermanos.