Las crisis de la vida, nos llevan a momentos cruciales, a puntos de cambio en el curso de algo.
Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra. Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos. David.
Después que las crisis han estrujado bastante a las personas, Dios interviene para consolar y enseñar.
Al enfrentarnos a una crisis, notamos que se muchas veces se convierte en una tragedia constante en vez de ser una experiencia que produzca crecimiento y madurez a pesar del dolor y el sufrimiento.
Dependiendo de nuestra actitud podremos descubrir que tomando la actitud correcta, encontraremos nuevos caminos para enfrentarnos correctamente a las próximas y de la misma forma ayudar a otros.
En medio de las crisis de la vida necesitamos entender el problema que nos llevó a esta situación y correr a Dios para buscar Su auxilio. El nos entiende y sabe cómo guiarnos para encontrar la salida para que maduremos y sirvamos mejor a los demás.
Clama a mi y yo te responderé, dice Dios y esta es una manera maravillosa para saber cómo enfrentarnos a las crisis de la vida.
«…Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros» (1 Pedro 5:7)