Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. (2 Corintios 10:3)
Hay una guerra en curso, pero Dios está luchando de tu lado y te ha dado las armas que necesitas. Aquí están las tres principales armas espirituales que puedes usar para luchar contra el enemigo:
1.) La Palabra de Dios: recíbela a través de la predicación, la enseñanza, la lectura y el estudio personal de la Biblia. Continúa en la Palabra hasta que se convierta en revelación dada por inspiración del Espíritu Santo.
2.) Alabanza: Esto derrota al diablo más rápido y de manera más eficiente que cualquier otro plan de batalla, pero debe ser una genuina alabanza que salga del corazón, no solo de labios para afuera o como ritual religioso.
3.) Oración: La oración es una relación con Dios, comunicándote con Él, pidiéndole ayuda o hablando con Él sobre lo que sea que esté en tu corazón. También incluye estar tranquilo en la presencia de Dios, escucharlo hablarte a tu corazón. Para tener una vida de oración efectiva, debemos desarrollar una relación íntima y personal con el Padre. Reconoce que Él te ama y que quiere ayudarte.
Palabra Diaria: Señor, gracias por darme las armas espirituales que necesito para obtener la victoria.