Hacía varios años que los cuatro hermanos no estaban juntos y el aire estaba salpicado de risas al compartir con sus familias las anécdotas de la niñez.
Los tres hermanos mayores contaban una tras otra, las peripecias y los problemas sufridos por haber compartido la misma habitación. También hablaron de los juegos y las bromas que se hacían y las innumerables peleas que habían tenido de chicos. Pero nada podía superar las historias de Andrea, la “hermanita menor “.
En un momento de la conversación ella dijo: “¿Saben muchachos que yo pensaba que un día todos los gatos se convertirían en perros y que todas las personas nacían siendo mujeres y luego se convertían en varones? Es más, me preguntaba cuándo me iba a convertir en un varón como ustedes. Gracias a Dios que eso nunca ocurrió”, afirmó.
De niña, el concepto de Andrea tenía mucho sentido para ella. Tenía tres hermanos varones mayores, no tenía hermanas, por lo que supuso que algún día también ella llegaría a ser varón. Por supuesto que cuando tuvo edad suficiente para comprender mejor las cosas, esta idea desapareció y sólo fue un recuerdo.
Como el crecimiento físico y la madurez se producen sin que los controlemos, cuántas veces seguimos siendo “niños en el modo de pensar ” porque, simplemente, decidimos no ejercitar las habilidades mentales para pensar o, porque los problemas que encaramos son muy difíciles. Recordemos que siempre podemos buscar la sabiduría de Dios y su dirección para crecer en nuestro entendimiento de lo que Él quiere para nosotros.
¿Estás dispuesto a aceptar ese reto hoy?
1 Corintios 14:20
Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar.