Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él…(Génesis 17:1-4)
Cuando fracasamos o debemos postergar un objetivo por el que habíamos luchado arduamente, puede embargarnos la angustia y la ansiedad de pensar todo perdido. No obstante, debemos tener presente que siempre hay tiempo para emprender el viaje que un día debimos atrasar, si confiamos en que Dios es nuestro guía y la fe nuestro camino.
Ejemplo de ello es Abraham, cuando tenía 99 años, El Señor hizo un pacto con Él. Le daría nueva vida, un nuevo nombre y lo definiría como padre de muchas naciones. Como vemos, Abraham a los ojos del Señor, no fue definido por sus errores, por su pasado, por sus fracasos, o por renunciar, sino por su futuro.
Así debemos nosotros sentar las bases de nuestra esperanza, sabiendo que a pesar de habernos rendido en un momento o haber fallado, tenemos con nosotros la confianza del Señor. Él cree en nosotros y para Él nunca es tarde, cuando se trata de bendecirnos con un espíritu renovado, nuevo y presto para afrontar con esperanza, ese futuro al que un día debimos renunciar.
Palabra Diaria: Señor, dame la sabiduría para aprender de las lecciones del pasado y construir mi futuro en el presente que hoy me regalas. Que aprenda también Padre, que en Tu gracia nunca será tarde para retomar y hacer realidad, siempre guiado por Ti, los planes que has prometido para cada uno de tus hijos.