Dios te dice: no temas al futuro, porque yo cuido de ti.
Amado hijo, amada hija,
He decido entregarte este mensaje en este preciso momento de tu vida, porque en él van unas palabras de amor y paz que sé que tú necesitas escuchar; Por favor no temas al futuro, porque yo cuido de ti.
En los recovecos de la incertidumbre y la oscuridad, mi luz resplandece con mayor intensidad, iluminando el sendero que he trazado especialmente para ti. En cada paso que das, en cada decisión que tomas, estoy presente, guiándote con amor y sabiduría hacia un destino que he preparado con amor y cuidado.
Comprendo tus temores y ansiedades, las dudas que agitan tu corazón y la carga que parece pesar sobre tus hombros. Pero debes recordar que soy tu Padre celestial, y que mi amor por ti es incondicional e infinito. Confía en mí, porque mi plan para ti es perfecto. Cada experiencia, cada desafío, tiene un propósito divino que te moldeará y te llevará a alcanzar todo tu potencial.
Cuando sientas que la tormenta amenaza con abrumarte, levanta tu mirada hacia el cielo y encontrarás mi presencia serena y reconfortante. Estoy aquí, a tu lado, escuchando tus preocupaciones, secando tus lágrimas y fortaleciendo tu espíritu con esperanza y fe.
No temas al futuro, porque ya he allanado el camino para ti. Aunque no puedas verlo ahora, cada paso que das está marcado por mi amorosa providencia, cada desafío es una oportunidad para crecer y fortalecerte.
Recuerda, querido hijo, que en medio de la tormenta, yo soy tu refugio seguro. Mi amor te rodea como un manto protector, y mi paz trasciende todo entendimiento. No importa cuán oscuro parezca el camino, mi luz siempre te guiará hacia la paz y la plenitud. Mantén la fe en tu corazón y deja que mi amor te sostenga en todo momento.
Con infinito amor y bondad, Dios.