Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré. (Salmos 5:3)
Amado Padre celestial, en este nuevo día me acerco a Ti con un corazón agradecido, reconociendo que cada mañana es un regalo de Tu amor y misericordia. Gracias por darme el aliento de vida, por renovar mis fuerzas y por permitirme despertar bajo Tu cuidado. Desde el amanecer, quiero entregarte este día, poniendo en Tus manos cada pensamiento, cada decisión y cada paso que daré, confiando en que Tú me guiarás con Tu sabiduría.
Señor, en medio de las responsabilidades y desafíos que pueda enfrentar hoy, te pido que seas mi luz y mi fortaleza. Dame un espíritu de paz para no dejarme llevar por la ansiedad, y un corazón firme para confiar en que todo lo que ocurra estará bajo Tu perfecto control. Líbrame del temor, de la duda y de todo aquello que quiera robarme la paz, porque sé que en Ti encuentro descanso y seguridad.
Asimismo, clamo a Ti Padre, para que me llenes de Tu amor y bondad, para que pueda reflejar Tu gracia en cada palabra y acción. Ayúdame a ser paciente con quienes me rodean, a hablar con sabiduría y a actuar con integridad. Que mi vida sea un testimonio de Tu amor, y que pueda llevar esperanza a quienes la necesiten. Permíteme ser un instrumento de Tu paz y extender la mano a los que sufren, recordando que fui llamado a ser luz en este mundo.
Gracias, Señor, porque sé que caminas a mi lado y que en cada momento de este día estarás conmigo. Confío en que proveerás lo necesario, abrirás caminos donde parece no haber salida y sostendrás mi vida con Tu amor eterno. Encomiendo a Ti mi jornada y descanso en Tu fidelidad, sabiendo que Tú nunca me fallas. En el nombre de Jesús, amén.