Señor, limpia, aleja y destierra de mi todas las energías que el mal intente colocar en mi vida. Tu que eres poderoso y alcanzas cualquier imposible, recibe mis preocupación y transfórmala en la certeza de saber que en Tu poder no hay maldad de hombre que pueda herirme.
Trabaja en mi corazón Padre y muestrame todo aquello que debo realizar para ser agradable a Tus ojos; dame la sabiduría para sobrellevar mis sufrimientos y superarlos y recuérdame siempre, cuando el temor o el miedo hagan tambalear mi fe, que cuento con Tu presencia salvadora y liberadora de toda adversidad que el enemigo quiera colocar en mi camino para frenar mi avance hacia Tu voluntad.
Clamo con esperanza y con fe Señor para que oigas mi petición de que Tu compañía nunca se aparte de mi, pues bajo Tu cuidado ninguna estrategia del enemigo prevalecerá sino que arderá en el fuego Tu justicia.
Líbrame de todo mal Padre y que Tu bendición repose sobre mí en todo paso que hoy emprenda.
En El Nombre de Jesús, Amén.