Te dé conforme al deseo de tu corazón, Y cumpla todo tu consejo. (Salmos 20:4)
Señor. Mi alma descansa en ti. Mi futuro está en tus manos. Sé que jamás me ignoras y jamás me olvidas, porque asi lo establece tu palabra. Permite que este día pueda sembrar en lo profundo de mi ser está esperanza que me permitirá hoy caminar con seguridad el trayecto que tengo por adelante. Tus propósitos son grandes y fieles y en ti jamás andaré desorientado ni confundido. En esta verdad yo descansaré.