Señor, te doy gracias porque tu misericordia y tu amor siempre están a mis disposición, aun cuando no hago las cosas a la perfección. Gracias por tu fidelidad y porque siempre estás a mi lado. Tu maravilloso amor por mí hace que quiera hacer con más ahínco lo que te agrada. Ayúdame a obedecer tus leyes y a hacer las cosas que te dan placer. Quiero caminar por el sendero de la misericordia y la verdad. Y quiero que tu bondad y tu misericordia me sigan todos los días de mi vida.
Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, Para los que guardan su pacto y sus testimonios. (Salmos 25:10)