Señor, en el inicio de este nuevo día pongo mi vida en tus manos y te pido que revistas de Tu fuerza para que no tiemble yo ante el mal ni me derrumbe ante la tentación, sino que me sostenga en Tu amor perfecto y que todo lo puede, para que me impulse a obrar en el bien, las acciones que Te agraden y Te glorifiquen.
También clamo a Ti, Padre, por que me des la determinación de seguir adelante y encontrar aquello que busco siempre conforme a Tu voluntad. Por favor permite que se abran todas las puertas y todos los caminos que creas convenientes para mi y que en cada paso que yo dé, brille Tu luz y Tu presencia.
Gracias Señor nuevamente por la bendición de este día y por darnos el descanso que anhela nuestra alma, pues eres el refugio seguro donde no hay más temor, ni ansiedad, ni mal. Por ello a Ti venimos confiados para encontrar lo que este mundo jamás podrá ofrecer: Paz en Cristo Jesús.
Asi sea,
En El nombre de Jesús, Amén.