Una oración para superar los prejuicios.
¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? (Lucas 6:41)
Lo admitamos o no, juzgamos a los demás. Quizá sea por su aspecto («¿Pero cuántos tatuajes necesita tener una persona?») o por su inclinación política («¿Cómo puedes llamarte cristiano y votar a un presidente de ese partido?»). A veces encasillamos a los demás a causa de un acento o por un logro de alguna clase.
Dios, nuestro Padre, nos insta a no juzgar a los demás de esta manera. Después de todo, él no mira nuestra apariencia externa. No presta atención a nues- tra filiación política ni a ninguna otra cosa de nuestra vida que esté abierta a la interpretación. Él mira al corazón y nos juzga por tener o no una relación per- sonal con él.
En Lucas 6.41, Jesús nos recuerda por medio de su analogía de la astilla y la viga que ninguno de nosotros es irreprensible. Cuando nos enfrentemos a la tentación de juzgar a otros, es importante que pongamos nuestros defectos en perspectiva. Trabaja hoy en eliminar la viga de tu ojo ¡y alaba a Dios por su don de gracia!
Señor, te ruego que me perdones por las veces que he juzgado a otros y las veces en las que he omitido ver mis propios errores. Ayúdame a desarrollar un espíritu amable que pueda compartir tu amor y tu esperanza de una forma no crítica. Amén.