Señor, Te doy gracias por que en Tu misericordia presentas ante mí este nuevo día en el que podre alabarte y glorificarte con mis palabras, mis pensamientos y mis acciones. Por ello te pido que me ayudes Padre a ser humilde y obediente para saber que todo aquello que emprenda debe ser dependiente de Tu voluntad que es perfecta.
Te pido también, que cuando el mal toque a mi puerta, cuando las tentaciones intenten hacer tambalear mi fe y cuando las pruebas disminuyan mi confianza en la victoria que me has prometido, recuerde yo que tu presencia me acompaña y que como el pastor que da cuenta de sus ovejas, das cuenta Tu de los pasos de todos aquellos que te siguen y te sirven con total fidelidad.
Gracias Señor, por extenderme Tu llamado para ser yo un servidor en la obra de Tu reino. Dame el firme propósito de honrar ese llamado a pesar de mis errores y faltas y ayúdame a mejorar cada día para ser todo aquello que esperas de mí.
En El Nombre de Jesús, Amén.