Señor, en esta hermosa mañana, me postro en tu presencia, con la confianza de que escuchas mi humilde súplica, quiero darte gracias por la vida, porque siempre has estado conmigo, porque me conoces más que a nadie, por seguir soprendiéndome, por seguir dándome cosas buenas, por seguir ayudandome a superar los obstáculos, por darme tantas lecciones con el pasar de los años.
En este momento, en el que puedo respirar, quiero llenarme de tu ánimo y de ganas de vivir, quiero saberme victorioso para poder sonreir y no dejar que nada ni nadie me hagan infeliz.
Gracias porque me regalas esta vida maravillosa en la que puedo sentir tu amor misericordioso por todo mi ser, ayúdame a transmitir a mis hermanos este cariño que me das y que te conozcan a través de mi vida.
Hoy te ofrezco la vida que tengo, para que me ayudes a organizar las prioridades y asi manejar mi tiempo y mi espacio, para tener siempre lo necesario y creer que ahí está la perfección pues teniéndote a ti lo tengo todo.
Te pido que me des sabiduría para aprovechar al máximo todas las oportunidades que tendré a lo largo de este día, quiero aprender de las experiencias positivas y negativas, para madurar cada vez más, como persona y como buen hijo tuyo.
Me pongo en tus manos y no tengo miedo, porque si tu vara y tu cayado me guían, a nada le puedo temer porque tu eres mi pastor.
No temo atravesar cañadas oscuras y peligrosas porque tú me proteges y me sostienes, no temo cuando se avecina la tormenta porque se que tu eres mi refugio.
Hoy Padre dame la capacidad para hacer lo que tengo que hacer, que seas tú quien me haga ir hacia adelante y no darme por vencido. Yo estoy en tus manos y sé que nadie puede quitarme de Ti, mi Señor, mi protector.
Que asi Sea. En El Nombre de Jesús, Amén.