No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. (Filipenses 4:11)
Pablo es categórico: «APRENDÍ» a vivir contento, no es que le gustaran las tribulaciones a las que se enfrentaba, pero comprendió el curso de este mundo que en muchos aspectos contradice el camino de Dios, y aún así continuó su camino sin murmurar, dedicando su vida totalmente al Señor. Si estás pasando por un momento difícil no te desesperes, lo mejor que puedes hacer es esperar en Dios! Porque es en medio de estas tribulaciones que Dios nos transforma, y así es como aprendemos a vivir contentos en cualquier circunstancia.
Señor, aunque no entiendo muy bien el motivo de estas tribulaciones, sé que puedo descansar en Ti, porque todo esto es temporal, y pronto pondrás en mis manos la victoria. Te agradezco porque desde estas circunstancias me estás transformando y enseñando a vivir cada día más feliz en tu presencia!! ¡Enséñame a vivir en la gratitud, alabandote y adorándote, ya sea en la bonanza o en la tormenta, en la abundancia o en la escasez, en la batalla o en la victoria!