Señor, gracias por despertarme hoy y con ello darme una oportunidad más de ser partícipe de Tu creación perfecta y maravillosa. Que pueda aprovechar el día de hoy como un nuevo inicio para servirte con, compromiso renovado y fidelidad constante, pues es mi mayor prioridad ser un siervo agradable a Tus ojos, que te corresponda, con el inmenso amor que solo Tu mereces y que cada dia nos entregas Padre, sin condiciones y solo producto de Tu misericordia y gracia perfectas.
Y en todo ese camino que hoy me espera, Señor, líbrame de todo miedo, de toda angustia, de toda ansiedad e incertidumbre, de todo mal que intente frenar mi avance, o invadir de tristeza o duda mi corazón, para que pueda yo fortalecer mi fe, y saber conducirme también en las pruebas, siempre con el gozo de Tu presencia y la esperanza en Tus promesas de victoria, pues has prometido librarnos siempre y en toda circunstancia, y se que por ello, siempre será asi, Padre amado.
Que Tu misericordia y Tu amor nos alcance también hoy.
Fortaleza mía, a ti cantaré; Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia. (Salmos 58:17)