Dios, Padre mío, te pido valor y lucidez para afrontar todas mis dificultades. No dejes que me desanime.
Tú eres mi fortaleza y mi roca firme, mi escudo protector ante la adversidad. En ti pongo mi fe y mi esperanza.
Mi corazón quiere sentirse lleno de confianza en ti en todo momento, lleno de tu fuerza para superar los retos y obtener victorias, aunque sean pequeñas, cada día.
Ayúdame a dar lo mejor de mí, a entregarme plenamente a la bondad y pureza de tu amor de Padre, a escuchar tu Palabra que me abraza, me sostiene, me impulsa y me anima a superar todos los obstáculos.
Ayúdame a explorar las profundidades de mi ser, a escarbar y encontrar todos los talentos que has sembrado en mí, para mediante ellos, lograr los objetivos que me proponga, según tu voluntad, en todas las tareas de mi vida diaria.
En Tu nombre y con tu ayuda, Padre, sé que puedo vencer, porque quien confía en ti, en tu misericordia y en tu amor, siempre triunfa contigo.
En el Nombre de Jesús, Amén.
Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. (Isaías 40:31)