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Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. (3 Juan 1:2)
La incredulidad y la duda evita muchas veces que el poder de Dios se manifieste en nuestras vidas, sin fe es imposible recibir una sanidad o un milagro. Es por esa razón que en esta hora quiero invitarte a que por un momento olvides todo comentario o pensamiento que pueda estar evitando que creas en lo que Dios puede hacer en tu vida y que juntos oremos a Dios creyendo que esa sanidad o ese milagro va a suceder porque Dios así lo quiere.