Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. (Efesios 1:3)
Señor, quiero agradecerte por brindarme Tu presencia constante en mi vida, por mostrarme el camino correcto conforme a Tu voluntad y por salvarme cuando creí que todo estaba perdido; eres mi mayor bendición. Por ello Te pido Padre, que me hagas consciente cada día, de esos hermosos galardones que he mas dado de manera que no olvide que Tu infinita gracia excederá siempre todos mis deseos y pensamientos.