Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno. (1 Juan 2:14)
Señor, sé que el campo de batalla es cada lugar donde estoy orando, porque la oración es la batalla. Permíteme ver la verdad sobre lo que estoy enfrentando. Enséñame a reconocer los planes del enemigo y a tomar el control de sus tácticas siempre en permanente oración. Dame la sabiduría y abre mi corazón para atender con prontitud Tu Voluntad. Enséñame a destruir cada fortaleza que el enemigo busca construir en mi vida y en la vida de las personas que has puesto en mi corazón.