Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. (1 Pedro 4:10-11)
Señor, tu que eres fuente de todos nuestros dones, dame la fuerza y el coraje para usar aquellos que me has regalado en beneficio de mis hermanos; dame también la sabiduría para hacerlos reconocer los suyos y que los usen a su vez en la ayuda de otros. Amén