Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras cuando me hablabais, y me dijo Jehová: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado; bien está todo lo que han dicho. !!Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre! (Deuteronomio 5:28-29)
Señor abre mis ojos a las verdades que quieres enseñarme y que he obviado por acción o por omisión, dame el discernimiento para reconocer los pasos de obediencia que debo dar, para no quedarme rezagado en la carrera por convertirme, en aquello que esperas de mí. No quiero limitar Tus bendiciones en mi vida, al no caminar en Tus caminos. Guíame siempre, Padre.