«Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís» (Colosenses 3:22-24)
Señor, Que todo lo que lleve a cabo en mi día a día, rinda fruto al propósito que tienes para mí. Permíteme contar con Tu presencia para glorificarte y servirte desde cualquier lugar y situación en la que me encuentre, sabiendo que cada tarea realizada para Ti es una bendición. Amén.