Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. (Salmos 139:2)
Padre adorado, tu conoces todo sobre nosotros, perdona nuestros pecados y ofensas, calma aquellas pasiones que nos alteran, permítenos orar continuamente actuando según tus mandatos, para recibir todo aquello que nos prometes y esperamos, pues sabes que andamos en tus caminos requiriendo una respuesta sanadora tuya, ayúdanos a ser practicar y dispensar el perdón.