Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. (Santiago 1:12)
Señor, gracias por todas las veces en las que me fortaleciste cuando estaba en medio de una adversidad, y por las veces en las que me apoyaste cuando estaba cerca de desistir. Continúame brindando la tenacidad y la perseverancia, para poder servirte, independientemente de las pruebas que deba atravesar en mi vida, para ser digno de las gloriosas promesas que guardas para cada uno de Tus hijos.