Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo. (Salmos 37:8)
Señor, me siento abatido cuando me dejo ganar por la ira o el enojo y sus consecuencias, o cuando me he desahogado erróneamente con alguna persona o situación que me ha molestado. Ayúdame a hacer que tus oídos sean los primeros en escuchar mis quejas cuando me enfado. Cálmame asegurándome que sabes el final de la situación y que todo irá bien. Me doy cuenta de que mi ira o enojo no necesita ser parte de la solución de ninguna situación. Por favor, dame Tu paz y autocontrol.