¿Quiénes nos brindaron la posibilidad de que nosotros, como parte de la humanidad, pudiésemos caminar por esta Tierra? ¿Quién nos permitió nacer?
¡Nuestros padres!
¿Quiénes nos bañaron y vistieron y alimentaron y apagaron nuestra sed? ¿Quiénes cuidaron de nosotros en enfermedad y quiénes nos atendieron hasta que recobramos la salud? ¿Quiénes nos enriquecieron?
¡Nuestros padres!
¿Quiénes nos ayudaron a atravesar esos años de crecimiento? ¿Quiénes calmaron nuestros temores y secaron nuestras lágrimas y nos animaron a seguir adelante? ¿Quiénes dijeron: bien hecho?
¡Nuestros padres!
¿Quiénes nos vieron casar y tener nuestras familias? ¿Quiénes tomaron a sus nietos sobre sus rodillas para mostrarles su amor? ¿Quiénes les ayudaron a crecer?
¡Nuestros padres!
¿Y a quiénes hacemos eco en la canción de la vida? ¿La sinfonía de amor de quiénes transmitimos? ¿El gozoso refrán de quiénes sostiene nuestras almas?
¡Nuestros padres!
Es un hecho que nuestro deber es honrar y reconocer el trabajo de nuestros padres. La Biblia asi lo dice, es un mandamiento con Promesa.
¡Reconoce, honra y agradece a tus padres como nunca antes lo has hecho!.
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. (Éxodo 20:12)