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(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)
«A ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.» (Isaías 61:3)
Hemos sido plantados por Dios para glorificarlo. Plantados por el Señor. En general nunca he tenido la suerte para cultivar plantas en mi hogar; he arruinado cada semilla que he intentado sembrar. No obstante, mi amigo Jorge si ha visto crecer con éxito su plantación; en el patio de su casa se alcanzan a ver, manzanas, peras, cerezas y frambuesas en abundancia, a partir claro, de su trabajo arduo y dedicación.
De la misma forma en que el cultivo de Jorge, nuestra vida en fe hacia Cristo sigue el proceso de desarrollo de cada planta en él. Conforme florecemos, crecemos y damos frutos, somos llamados a glorificar a Dios. Pero: ¿Cómo lo hacemos? Isaías nos da la respuesta diciéndonos que somos reformados, restaurados y renovados.
Así como el cultivo de Jorge requiere del ambiente correcto, en el tiempo correcto, nosotros como cristianos también. Podemos cultivar ese ambiente a través del estudio de la palabra, el acercamiento al Señor mediante la oración, ayudando en nuestra iglesia y en comunión fraternal con cada uno de nuestros hermanos. Podemos reconstruir ese patrón de restauración y renovación del que nos habla Isaías, con pasos pequeños, que luego se harán más grandes y sólidos.
Somos llamados a glorificar a Dios y a mostrar a otros mediante nuestro obrar, esa gloria. En cualquier lugar y momento, en el trabajo, en la escuela, en la familia, debemos ser capaces de rendir los maravillosos frutos a los que nos llama el Señor: Amor, compasión y reconciliación.
Palabra diaria: Señor, ayúdame en tu gloria a cultivar los frutos que en mí has plantado. Permíteme ser un jardín abundante para ti. Gracias por hacerme objeto para reconstruir, restaurar y renovar toda la creación a mi alrededor.
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Pasaje:
Isaías 61:3
Tema del Capítulo – Isaías 61:
En Isaías 61, observamos el pasaje que el Señor Jesús mencionó en su lectura en la sinagoga en Lucas 4.17-21, y declaró que en él se cumplía esta profecía.
Está muy claro que parte del ministerio de Jesucristo sería comunicar la esperanza a todas las naciones. Para consolar a los corazones rotos, para anunciar la libertad, para proclamar la gloria eterna del Reino de Dios. El mensaje del Mesías daría vida a sus oyentes.
Vivimos en un mundo rodeado de malas noticias. Muerte, destrucción, desolación, sufrimiento, injusticia. La Palabra de Dios se opone a todo esto y nos comunica vida y esperanza. Nuestra alma, antes vestida de pena y dolor, es ahora restaurada por la esperanza, la curación y la alergia.
¡Tenemos un Dios bueno!
Su mensaje nos reviste de salvación y vida. Ahora podemos levantarnos cada día y creer que hay un buen plan de Dios preparado para nosotros, más allá del sufrimiento y la angustia.
Isaías 61 y la Trinidad
En Isaías 61:1-3 vemos que el texto sagrado se refiere a las tres Personas de la Trinidad: el Espíritu, el Señor Soberano y el Mesías.
Tres factores indican que «sobre mí» se refiere al Mesías.
La primera es la asociación del Espíritu Santo con la unción señalada a Jesucristo. Después de ser ungidos con aceite, los dos primeros reyes de Israel, Saúl y David, fueron bendecidos con el ministerio del Espíritu (1 Samuel 10.1 y 16.13).
Asimismo, Cristo fue ungido por el Espíritu Santo (Mateo 3.16-17) para ser el Rey de Israel.
La palabra hebrea para Mesías significa «el Ungido», y Cristo es el equivalente griego de Mesías.
En segundo lugar, el pasaje de Isaías 61.1-2a, fue leído por Jesús en Lucas 4.18-19 para referirse a sí mismo.
Por último, la misión de este Ungido era el ministerio de Jesús: predicar buenas noticias, curar y liberar, proclamar el favor y la venganza (Isaías 61.2), y consolar (Isaías 61.2-3).
Cuando Jesús leyó este pasaje, se detuvo en medio de la frase, después de la palabra «favor». Con ello, estaba mostrando que su obra se dividiría en dos momentos.
Dos momentos
En el primero, hizo las cosas mencionadas en Isaías 61:1-2a; en el segundo, hará las cosas de los versículos 2b-3.
Cuando Él regrese, traerá juicio sobre los incrédulos, este será el día de la «venganza» de Dios.
Pero el Mesías también «consolará» a Israel, porque habrá sufrido una gran persecución y la Gran Tribulación, en los años anteriores.
Cuando el Mesías venga, cambiará la tristeza de los israelitas creyentes en alegría, una verdad que Isaías mencionó a menudo.
En lugar de las cenizas, colocadas en la cabeza en señal de luto, llevarán una corona. El aceite de oliva ligero, aplicado en la cara y el cabello de una persona, calma y alegra su espíritu, disipando así la pena.
Otro signo de alegría es la ropa brillante. Israel será justo y, como los robustos robles, mostrará el esplendor de Dios.
Comentario Bíblico Isaías 61:3:
Los profetas tenían al Espíritu Santo de Dios en todo momento; les enseñaba qué decir y los hacía que lo dijeran; pero Cristo tiene siempre al Espíritu sin medida, para equiparlo como hombre para la obra a la cual fue llamado. El pobre suele estar corrientemente mejor dispuesto para recibir el evangelio, Santiago ii, 5; sólo nos aprovecha cuando se recibe con mansedumbre. A los pobres en espíritu, Cristo les predicó la buena nueva cuando dijo: Bienaventurados los mansos. La satisfacción de Cristo es aceptada. Por el dominio del pecado en nosotros estamos atados y sometidos al poder de Satanás, pero el Hijo está listo para librarnos por su Espíritu y, entonces, seremos verdaderamente libres. El pecado y Satanás iban a ser destruidos y Cristo triunfó sobre ellos en la cruz, pero los hijos de los hombres que se resisten a esta oferta serán tratados como enemigos. Cristo iba a ser el Consolador y lo es; enviado a consolar a todos los que se lamentan y que lo buscan a Él, y no al mundo, como consuelo. Él hará todo esto por su pueblo para que abunden en frutos de justicia como ramas del plantío de Dios. La misericordia de Dios, la expiación de Cristo y el evangelio de gracia no son de provecho al autosuficiente y soberbio. Ellos deben ser humillados y guiados por el Espíritu Santo a conocer su propio carácter y necesidad, para ver y sentir su necesidad del Amigo y Salvador de los pecadores. Su doctrina contiene indudablemente la buena nueva para los que se humillan ante Dios.
Referencias Cruzadas:
Salmos 23:5 – Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Apocalipsis 7:9-14 – Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén. Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.
Isaías 60:20-21 – No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque Jehová te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados. Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.
Salmos 104:15 – Y el vino que alegra el corazón del hombre, El aceite que hace brillar el rostro, Y el pan que sustenta la vida del hombre.
Ezequiel 16:8-13 – Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía. Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda. Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza. Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar.
Salmos 92:12-15 – El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes, Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, Y que en él no hay injusticia.
Salmos 30:11 – Has cambiado mi lamento en baile; Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
Eclesiastés 9:8 – En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza.
Tema Principal:
Esperanza en las promesas eternas de Dios.
Versículos Temáticos:
-«Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.» Salmos 91:2
-«Clamé a ti, oh Jehová; dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes.» Salmos 142:5
-«En el temor de Jehová está la fuerte confianza;
Y esperanza tendrán sus hijos.» Proverbios 14:26
-«Oh esperanza de Israel, Guardador suyo en el tiempo de la aflicción…» Jeremias 14:8
-«Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel.» Joel 3:16
-«Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, y aun mi carne descansará en esperanza…» Hechos 2:26