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(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy) – * Ha sido agregado estudio de referencias cruzadas por palabras y términos de versículo al final del Devocional. Esperamos sea de bendición para ti.
Palabra:
«Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí». (Isaías 6:8)
A veces sentimos que el caminar junto a Dios y servir a su propósito implica de nosotros una actuación perfecta. Podemos llegar a pensar que contar con la presencia del Señor es sólo posible si no cometemos ningún error. Sin embargo la bondad y gracia de Dios, contempla que no somos infalibles y que mediante las caídas, decepciones y cargas vamos haciendo sólidos nuestro carácter y nuestra fe en Él.
Cuando somos llamados a asumir una posición en alguna de nuestras realidades y nos sentimos abrumados por el miedo a fallar, o pensamos:” ¿Porque yo?” deberiamos cambiar nuestra perspectiva y recordar que Dios no elige hombres perfectos, simplemente porque no existen tales, y la misma perfección solo reside en Él. Por el contrario somos llamados en nuestra maravillosa imperfección a llevar con coraje las cargas que se nos presentan, sabiendo que El Señor conoce quiénes somos y cuál es nuestro propósito, y siendo también conscientes de que en esa búsqueda, nunca nos abandonará.
Recuerda, está atento a cada llamado de Dios en tu vida. Ante ellos, solo una es la respuesta: «Heme aquí, envíame a mí»
Oración:
Señor, Guíame en tu bondad y gracia a aceptar mis imperfecciones y saber que no estoy exento de caer. Ayúdame a abrir mi corazón para ver a través de Tus ojos el futuro que guardas para mí como parte de tu maravilloso plan. Amén.
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen de Capitulo Isaías 6:
Isaías 6, narra la visión y llamado profético de Isaías, proporcionando un momento decisivo en su vida y ministerio. Este capítulo comienza con una descripción impresionante de la visión de Isaías del Señor sentado en un trono alto y exaltado, con la majestad de Dios llenando el templo. Seres celestiales llamados serafines están presentes, proclamando la santidad de Dios y la gloria que llena toda la tierra, lo que provoca una profunda reacción de humildad y reconocimiento de pecado por parte de Isaías.
Consciente de su indignidad y la de su pueblo, Isaías confiesa su pecaminosidad. En respuesta, uno de los serafines toca los labios de Isaías con una brasa ardiente del altar, simbolizando la purificación de sus pecados y su preparación para la misión profética. Luego, el Señor pregunta quién será enviado como mensajero, a lo que Isaías responde con su disposición a ir, marcando el comienzo de su llamado profético.
Referencias cruzadas Isaías 6:8:
1. Éxodo 3:4: «Viendo Jehová que él iba a ver, llamó a Moisés de en medio de la zarza, y dijo: Moisés, Moisés. Y él respondió: Heme aquí.»
2. 1 Samuel 3:10: «Vino, pues, Jehová, y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Y Samuel respondió: Habla, porque tu siervo oye.»