Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado dará Dios el sueño. (Salmo 127:1-2)
La bendición, la prosperidad y la felicidad, es el resultado de recibir a Cristo en nuestro corazón, por la fe, permitiéndole gobierne nuestras vidas. (Gálatas 3: 9; Efesios 1:3)
Por lo tanto, debemos colocar en el primer lugar de nuestra vida a Dios, la fuente de donde vienen abundantemente todas las cosas, y lo demás vendrá por añadidura, enfocando todo nuestro esfuerzo, nuestro trabajo y nuestra propia existencia en función de hacer su voluntad, de agradarle y servirle.
Gracias Señor, tu me has bendecido en todas las áreas y ahora quiero obedecerte y agradarte en todo . Muéstrame Señor de que manera debo servirte con todas las bendiciones que has puesto en mis manos. Amén.