(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)
¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. (Santiago 3:13)
En todas nuestras decisiones diarias, o “sembramos para la carne” o “sembramos para el Espíritu” (Gá 6.8). Con nuestras acciones plantamos las semillas que afectan la clase de persona en que nos estamos convirtiendo, y el grado de influencia que tendrán para Dios nuestras vidas.
“La carne” es la parte de nosotros que quiere vivir independientemente del Señor. Como seres humanos, todos tenemos que lidiar con la atracción de esta actitud; no la perdemos de forma automática cuando somos salvos. Sin embargo, el Espíritu Santo nos libera de la esclavitud a la carne. Él comienza a transformarnos, para que podamos comenzar a vivir de acuerdo con la verdad. Las decisiones que tomamos contribuyen al proceso de transformación, y cuando están en consonancia con la obra del Espíritu Santo plantan la buena semilla que produce nuevo crecimiento.
Cuando usted está sembrando para el Espíritu, está aceptando la verdad de Dios en su corazón y su mente. Después comenzará a experimentar la vida eterna, que viene de conocer verdaderamente el Señor (Jn 17.3). El fruto del Espíritu crece de manera natural a partir de estas semillas de verdad divina, e influencia cada aspecto de su vida. Cuando usted alimenta su espíritu con las cosas de Dios, se volverá más fuerte, más semejante a Cristo, y más lleno de la vida de Él en sus pensamientos y acciones.
¿Está usted alimentando su espíritu y la fuente de su vida, o la parte que quiere actuar independientemente de Dios? ¿Siembran sus decisiones semillas que le están haciendo creer, haciéndole diferente, y dejando que fluyan de usted ríos de agua viva para alimentar a otros? (Jn 7.37-39)
Palabra Diaria: Señor, guíame para poder cada día sembrar Tu verdad en mi corazón y en mi mente. Permíteme también Padre, trabajar diariamente en mis acciones y palabras para que ellas sean alímento de mi espíritu y del tipo de persona que esperas que sea.
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del capítulo Santiago 3:
En Santiago 3, hay una poderosa enseñanza sobre la lengua. Nuestras palabras pueden construir sueños fantásticos, al igual que pueden destruirlos.
Santiago nos enseña el mundo del mal y del pecado que se esconde en un órgano tan pequeño, y nuestro deber de dominarlo. No debemos usar la boca como fuente de bendición y maldición. Sólo debe ser una fuente de bendición. ¡Una fuente limpia!
Cierra Santiago 3, hablando de la diferencia entre la sabiduría terrenal y la sabiduría de lo alto. Una se comporta de forma carnal, egoísta, insensata y destructiva. La otra es muy superior. Pacífica, espiritual, cariñosa y promotora de la unidad.
Esbozo de Santiago 3:
3.1 – 6: La lengua es un mundo de iniquidad
3:7-12: De la boca salen bendiciones y maldiciones
3:13-18: La sabiduría terrenal y la sabiduría de lo alto
Más Palabra Edificada / Sabiduría de lo alto:
Porque Jehová da la sabiduría,
Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
Proverbios 2:6
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
Efesios 5:15-16
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Santiago 1:5
Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
Santiago 3:17
Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado;
Y adquirir inteligencia vale más que la plata.
Proverbios 16:16
Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.
Eclesiastés 7:10
Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
Colosenses 4:5-6
Ciertamente la soberbia concebirá contienda;
Mas con los avisados está la sabiduría.
Proverbios 13:10
El que posee entendimiento ama su alma;
El que guarda la inteligencia hallará el bien.
Proverbios 19:8
Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.
1 Corintios 3:18
El que guarda su boca guarda su alma;
Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.
Proverbios 13:3