Si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra … os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre. (Nehemías 1:9)
Cuando Nehemías era copero del rey, su corazón se inquietó por la situación de los israelitas y la condición de su ciudad. Con el permiso del rey, se propuso reconstruir Jerusalén. Enfrentó numerosos obstáculos pero se negó a dejar que ellos lo distrajeran.
De su ejemplo, aprendemos la importancia de:
Estar en el centro de la voluntad de Dios. Cuando Nehemías clamó en oración por su pueblo y su tierra (Neh 1.4-11), el Señor le mostró exactamente lo que debía hacer. Entonces, Dios hizo que al rey le agradara la petición de Nehemías y le diera todo lo necesario. Saber que estamos donde Dios nos quiere nos dará confianza para pasar por las pruebas sin desviarnos.
Recordar cuál es el propósito. Nehemías sabía que la prioridad del Señor para él era que reconstruyera la ciudad. Dios también ha dispuesto cosas que nosotros debemos hacer, y trabajar para Él es siempre de gran valor. No debemos subestimar nuestra parte, no importa lo pequeña que nos parezca.
Cumplir con cada tarea. Después de cada crisis, Nehemías volvía a la tarea en cuestión. Al mantener el propósito del Señor en mente, seremos capaces de permanecer en la tarea, cumplir con cada paso y mantener el rumbo.
Identificar con precisión lo que nos distrae. Quienes tratan de interrumpir nuestro trabajo, distraer nuestra atención o atacarnos personalmente no son de Dios. Con la ayuda del Padre celestial, Nehemías reconoció a quienes hacer caso y a quienes ignorar.
Piense en las personas y en las situaciones que puedan distraerle. Estar consciente del potencial que tienen para desviarle de su objetivo, puede ayudarle a mantenerse enfocado.
Palabra diaria: Señor, aleja de mi todas las cosas que puedan distanciarme de Tu presencia. Es en Ti donde está mi vida y mis más grandes anhelos. Que todo lo que suceda hoy, suceda bajo tu voluntad y tu tiempo perfecto.
Más Palabra Edificada / Presencia de Dios:
Me mostrarás la senda de la vida;
En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre.
Salmo 16:11
Y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.
1 Corintios 1:28-29
¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado,
he aquí, allí tú estás.
Salmo 139:7-8
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.
Hechos 3:19
La dádiva del hombre le ensancha el camino
Y le lleva delante de los grandes.
Proverbios 18:16
Buscad a Jehová y su poder;
Buscad su rostro continuamente.
1 Crónicas 16:11
Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Romanos 3:20
Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.
Job 1:12
Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre;
Exaltad al que cabalga sobre los cielos.
JAH es su nombre; alegraos delante de él.
Padre de huérfanos y defensor de viudas
Es Dios en su santa morada.
Salmo 68:4-5