Cosecha con abundancia, quien siembra con bondad. Recibe con alegria, quien da con una sonrisa. No se olvida, a quien intento estar presente, tanto en las victorias como en las derrotas.
Al final somos aquellos que sembramos y por ello, en el futuro, serán nuestras cosechas las que hablen sobre la calidad de las semillas que plantamos en nuestro presente. Dios nos guíe a escoger siempre las mejores semillas.