Porque nada hay imposible para Dios. (Lucas 1:37)
No hay nada difícil para Dios. Debemos acercárnos a Él confiadamente, sabiendo que con su ayuda podremos superar cualquiera de los obstáculos que nos impidan buscarlo.
Señor, gracias por darme nuevas fuerzas y aletarme con tu poder y presencia. Permíteme, cuando intente desistir, ver que Tu grandeza es mayor que cualquier problema. Amén.