Palabra:
«Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús» (1 Tesalonicenses 5:16-18)
Como parte de la naturaleza humana, es probable que la mayoría del tiempo, pongamos nuestra atención en las cosas que hacen falta en nuestra vida. Podemos de tal manera, estar condicionados a dar más importancia a aquellas cosas que no hemos conseguido que ser agradecidos con lo que si hemos alcanzado.
Como cristianos puede que en ciertos momentos pasemos por alto que el agradecimiento es una de las formas mas significativas de agradar y glorificar a Dios porque constituye el reconocimiento de su poder, de su omnipotencia, de nuestro Señor como el que determina todas las cosas y del que todo procede tal como lo indica Santiago 1:17 “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”
Cambiar esta perspectiva, es la mejor forma de inciar nuestro camino hacia la verdadera gratitud, ¿Por qué no empezar a ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío? ¿Por qué no fortalecer nuestra fe y honrar a Dios a través de un espíritu de gratitud cualquiera sea la circunstancia?
Comencemos hoy a centrarnos en lo positivo que el Señor nos ha regalado, pero también seamos sabios para agradecerle en tiempos de dificultas, el que nos fortalezca y establezca en fe a través de la prueba.
Aceptemos la invitación del versículo de hoy: «Dad gracias en todo» y en cualquier circunstancia diagmos: ¡Gracias Señor!
Oración:
Señor, guíame a cultivar un verdadero espíritu de gratitud a través de mis acciones y mis palabras, de forma que pueda glorificar y horar grandemente tu presencia y guía que son constantes en mi vida y que me dirigen siempre al lugar correcto. Amén