«Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino» (Salmos 119:105)
Muchas personas, dan como es natural, mayor importancia a las necesidades físicas, por ser ellas las que podemos reconocer con mayor facilidad. Sin embargo existen necesidades espirituales que son tan o más importantes que las físicas y que a veces olvidamos satisfacer.
En el capítulo 8 del libro de Nehemías, los israelitas que regresaban del exilio en Babilonia, a pesar de no padecer entre ellos, de hambre o enfermedades, sentían vacío su espíritu, al reconocerse alejados de los caminos de Dios. Debido a ello, el maestro Nehemías organizó un seminario bíblico donde Esdras fue el maestro.
Esdras leyó del libro de la ley de Moisés desde el amanecer hasta el mediodía, para alimentar al pueblo con la verdad de Dios. Tal fue la experiencia, que su apetito por la Palabra de Dios se despertó, hasta el punto que las autoridades, sacerdotes y levitas, concertaron reunirse con Esdras al día siguiente para estudiar la ley y entenderla mejor.
Cuando reconocemos nuestras necesidades espirituales y hallamos que en base a ellas nos encontramos débiles, podemos como los israelitas, hallar el alimento que nos restablece, en la Palabra de Dios. Pídele al Señor que renueve tu deseo de tener comunión con Él, y empieza a alimentar tu corazón, alma y mente en su Palabra.