Versículo:
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 1 Corintios 13:4-6
Comentario:
El pasaje de hoy nos dice que el amor “no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad” (1 Cor 13.6). En otras palabras, Dios no quiere que sus hijos sean indiferentes ante el pecado. Él espera que busquen maneras de ayudar a los no creyentes a descubrir el amor del Padre por ellos.
Dios nos creó tiernamente a cada uno de nosotros, y aunque todos somos pecadores imperfectos, tenemos el potencial de convertirnos en algo bueno. Él considera que incluso la persona más malvada y corrupta puede ser salva. ¿Cómo sabemos que esto es cierto? Porque así lo dice el primer versículo que les enseñamos a nuestros niños en edad escolar, Cristo dijo que todo el que cree en Él, el Hijo de Dios, tendrá vida eterna (Jn 3.16). ¿Y por qué lo haría? La respuesta está en el mismo versículo: porque Dios nos ama. No hay nada que podamos hacer para merecer su amor. Dios no actúa de esa manera. Él ama a toda persona, sin importar cuán horrible sea su pecado.
El Señor extiende su cuidado, su misericordia y su salvación a cualquiera que lo busque y clame a Él. No lleva ningún registro de nuestros errores. Ama sin condiciones. Y quiere que amemos a los demás de la misma manera.
Oración:
Señor, gracias por tu amor perfecto y sin condiciones, que nos redime y transforma. Enséñame a amar como Tú amas, sin guardar rencor, sin juzgar, y buscando siempre la verdad y la justicia. Ayúdame a reflejar tu misericordia en mis palabras y acciones, y a ser un instrumento de tu amor para quienes necesitan conocerte. Que mi vida sea un testimonio de tu gracia y compasión, extendiendo esperanza a los corazones perdidos. En el nombre de Jesús, amén.