Versículo:
Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. 1 Juan 5.13-15
Comentario:
Ayer vimos dos razones por las que podemos perder de vista la voluntad de Dios. Juan 14.26 dice que el Espíritu Santo nos enseña todas las cosas. Entonces, ¿por qué a veces no entendemos su plan?
TOMAMOS DECISIONES SEGÚN NUESTRAS EMOCIONES. Cuando la vida se vuelve difícil, nuestro instinto es alejarnos del dolor, cuando lo que necesitamos es acercarnos a Cristo. Cuando pensamos que Él no podría querer que sufriéramos, somos más propensos a tomar acción y a creer que estamos haciendo su voluntad.
NOS ENFOCAMOS SOLO EN LO INMEDIATO. Muchas veces venimos a Dios preocupados por lo que nosotros o nuestros seres queridos enfrentamos. No entendemos cómo una situación mala sea su voluntad. Nuestro enfoque a corto plazo nos impide ver los propósitos a largo plazo del Señor.
LLEVAMOS A CABO UNA BÚSQUEDA SUPERFICIAL. Podemos tratar la búsqueda de la voluntad de Dios como a una lista de pendientes: “Leer. Orar. Servir. Dar”. Pero eso puede sacrificar tanto quietud como tiempo necesarios para escuchar a Dios (Sal 46.10). Más que invertir tiempo con el Señor, escuchar sin distracción es fundamental.
¿Qué cantidad de estudio bíblico y oración se requieren para descubrir la voluntad de Dios? Tanto como sea necesario para escucharlo. Él siempre responderá a sus hijos.
Oración:
Padre celestial, gracias por darnos la seguridad de que nos escuchas cuando clamamos a Ti. Ayúdame a buscar tu voluntad con un corazón humilde y dispuesto, dejando de lado mis emociones y preocupaciones inmediatas. Enséñame a confiar en tus propósitos eternos y a pasar tiempo en tu presencia, escuchando tu voz en quietud y devoción. Que tu Espíritu Santo me guíe y me dé sabiduría para discernir tu plan perfecto en cada área de mi vida. En el nombre de Jesús, amén.