Versículo diario comentado: 2 Timoteo 1:12-14

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Versículo:

Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros. 2 Timoteo 1:12-14

Comentario:

Todas las personas tienen creencias, se den cuenta o no. Incluso quienes afirman que no hay Dios creen que Él no existe. Algunos basan sus convicciones en lo que se ajusta a su estilo de vida, razonamiento y deseos. Pero los seguidores del Señor Jesús están llamados a basar sus vidas en la autoridad de la Palabra de Dios.

Cada vez que añadimos otras filosofías o ideas a las Sagradas Escrituras o elegimos qué partes de la Biblia creer, inventamos nuestra propia versión de fe basada en el razonamiento personal. La Palabra de Dios es un fundamento verdadero y confiable para la fe, porque contiene los pensamientos registrados del Dios eterno y omnisciente. Cualquier otro concepto debe medirse con la Palabra de Dios para determinar su validez.

Saber lo que dice la Biblia es fundamental para desarrollar creencias sólidas basadas en la verdad y la sabiduría del Señor. Este mundo le ofrecerá una variedad de filosofías, pero una fe anclada en la Palabra de Dios es su protección contra el engaño.

Cada vez que enfrente un problema o una decisión, busque ayuda en las Sagradas Escrituras para encontrar la respuesta. Comience su día leyendo la Biblia, y pídale a Dios que le ayude a entender lo que está diciendo. A Él le encanta comunicarse con usted, y se la dará a conocer.

Oración:

Señor, hoy me acerco a ti agradecido por el regalo de tu Palabra. Gracias por darnos un fundamento sólido sobre el cual basar nuestra fe y nuestras convicciones. Ayúdame a resistir las filosofías del mundo que no se alinean con tu verdad y a discernir siempre tu voluntad en cada decisión que enfrente. Que tu Espíritu Santo guarde y proteja mi corazón, guiándome siempre a confiar plenamente en tus promesas. Que cada día busque en las Sagradas Escrituras tu dirección y sabiduría. En el nombre de Jesús, te lo pido. Amén.