Versículo:
Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias. Éxodo 1:20-21
Comentario:
Ayer leímos acerca de Ester y de cómo el Señor la usó de una manera poderosa para salvar a su pueblo. Si esto le hace pensar: Bueno, yo no seré llamado a una tarea tan grande, recuerde que no tiene que ser rey ni reina para ser de gran influencia.
Considere la historia de la lectura de hoy. Mil años antes de la época de Ester, Faraón ordenó que todos los niños varones hebreos de Egipto fueran asesinados al nacer, pero dos parteras se negaron a cumplir con dicho decreto. Incluso cuando fueron interrogadas por Faraón, el poderoso hombre considerado divino por muchos, siguieron salvando vidas porque temían al Dios verdadero. La Biblia nos dice que debido a su valentía, el Señor “hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera” (Ex 1.20). Ni Sifra ni Fúa eran reinas, pero el Señor las utilizó para salvar a toda una nación.
Aceptar nuestro llamado puede llegar a ser aterrador, pero siempre vale la pena. Cada vez que lo hagamos aprenderemos cuán fiel es nuestro Padre celestial. Lo cual aumentará nuestra confianza en Él para seguir obedeciéndolo en el futuro.
Oración:
Señor, que los retos de la vida no disminuyan mi fortaleza, mi valor y mi determinación para vencer y alcanzar la voluntad que has planeado para mi vida. Que encuentre la esperanza y la fuerza en saber que Tu me extiendes Tu mano poderosa, para guiarme, dirigirme y darme la sabiduría que necesito, de forma que pueda tomar las mejores decisiones, para agradarte, glorificarte y vencer todos esos desafíos, que antes parecían imposibles. Gracias por Tu fidelidad Padre. En El Nombre de Jesús, Amén.