Versículo:
Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. Jeremías 18:5-6
Comentario:
Si usted alguna vez ha visto trabajar a un alfarero, como lo hizo Jeremías en el pasaje de hoy, sabe lo maravilloso que es ver cómo un recipiente toma forma a partir de un trozo de arcilla. Fue una lección objetiva para el profeta: Dios estaba enseñando que la nación de Israel necesitaba ser moldeada por su mano. De hecho, todos somos vasijas diseñadas y moldeadas por el Maestro alfarero.
En el taller, cuando la arcilla se coloca en la rueda, el alfarero ya tiene un diseño específico en mente para ella. Lo mismo es cierto para nosotros: el Señor ha determinado cómo planea trabajar en nuestra vida y qué parte vamos a tener en la edificación de su reino. Cada creyente es moldeado de manera diferente para adorar y honrar a Dios. Pero independientemente de cómo nos hizo, todos llevamos la huella inequívoca de nuestro Alfarero.
Con mucha frecuencia miramos los talentos y las habilidades de los demás y deseamos ser más como ellos. Pero hemos sido diseñados para los propósitos de Dios, y Él no comete errores. Recuerde, el Maestro se complace en quién usted es, porque está hecho de una manera “asombrosa y maravillosa” (cf. Sal 139.14). Tómese un momento para pedirle a Dios que esta verdad se apodere de su mente y corazón.
Oración:
Señor, hoy me rindo en Tus manos como barro en el torno del Alfarero. Moldea mi vida según Tu voluntad, transformando mi corazón y mi carácter para reflejar Tu gloria. Ayúdame a confiar en Tu proceso, aun cuando no comprenda cada giro de la rueda. Que mi vida sea un testimonio de Tu gracia y poder, y que siempre recuerde que soy obra de Tus manos, creado con propósito y amor. Gracias porque en Ti soy valioso y estoy siendo formado para Tu gloria. En el nombre de Jesús, amén.