Versículo diario comentado: Juan 3:27-28

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Versículo:

Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él. Juan 3:27-28

Comentario:

En el pasaje de hoy, vemos que los discípulos de Juan el Bautista muestran preocupación por su líder, o quizás por la supervivencia de su ministerio. Dijeron: “Rabí… de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él” (Jn 3. 26). Sabían que Juan no era el Mesías, o al menos que había dicho que no lo era. Tal vez esperaban que su ministerio siguiera siendo pertinente y que recibiera el respeto que Juan merecía como profeta. Por estas razones, la respuesta de él puede haberles sorprendido.

“Mi gozo está cumplido. Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe”, dijo (Jn 3. 29, 30). La fe de Juan en Cristo le permitió ser menos. Su fe significó pasar del centro del escenario a las sombras. Pero Juan no sintió tristeza ni pesar; solo gozo.

Juan el Bautista comprendió su papel. Su fiel servicio —que el Señor Jesús reconoció después de que Herodes hiciera arrestar a Juan (Mt 11.9, 10)— era precisamente eso: servicio. Juan reconoció que su labor principal era preparar el escenario para el Mesías.

Nuestro rol en la obra de Dios es similar. Al igual que Juan, encontremos nuestro gozo más grande dando testimonio, aceptando el papel secundario que señala al Salvador y dice: “¡He aquí el Cordero de Dios!” (Jn 1.29).

Oración:

Señor, enséñame a vivir con humildad y gozo, recordando que mi mayor propósito es exaltarte a Ti y no a mí mismo. Ayúdame a disminuir para que Tu luz brille más en mi vida, guiando a otros hacia Ti. Que mi corazón encuentre satisfacción en servirte fielmente, sin buscar reconocimiento, sino deleitándome en que Tu nombre sea glorificado. En el nombre de Jesús, Amén.