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Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. Juan 8:6-8
Comentario:
El evangelio de Juan nos habla de un grupo de fariseos que quieren apedrear a una mujer acusada de adulterio (Jn 8.3-11). Los hombres están tan enfocados en los tecnicismos de la ley que no entienden que la misma existe para ayudar a los seres humanos a conocer y experimentar a Dios. Si sus corazones no hubieran estado tan endurecidos, pudieran haber descubierto que la ley se cumple con amor (Ro 13.8).
Cuando el Señor le dice a la mujer que está libre de condenación, lo hace tras haberse identificado con ella (He 4.15, 16); haber sentido compasión por todas las pruebas que ella había enfrentado y haber conocido cada detalle de su pasado (Sal 139). Él es nuestro Salvador con una comprensión infinita.
Cuando pasamos de cumplir leyes a centrarnos en Dios, descubrimos tanto su carácter como su voluntad para nosotros. Y, al igual que esta mujer, nos encontramos con el Dios misericordioso, al que podemos amar.
Hoy es un buen día para enfocar su atención en Dios y recordar lo que usted más ama de Él. Lea el Salmo 139. ¿Qué le llama la atención?
Oración:
Señor, gracias por tu infinita compasión y misericordia. Tú conoces cada rincón de mi corazón, mis fallas y debilidades, pero aun así, extiendes tu amor y perdón. Ayúdame a ser más como tú, a no juzgar a los demás, sino a mostrar gracia y compasión. Haz que mi vida refleje tu amor y tu verdad, y guíame para caminar cada día en tu voluntad. Que tu Espíritu Santo me recuerde siempre que tu amor es más grande que cualquier error, y que en ti encuentro libertad. En tu nombre, En El Nombre de Jesús, amén.
