Versículo diario comentado: Salmo 27:1-2

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Versículo:

Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Salmo 27:1-2

Comentario:

Es difícil recordar todo lo que aprendemos de la Biblia, pero cuanto más retengamos, más sabiduría podremos recordar en los momentos difíciles. Y con ese fin, escribir puede convertirse en una herramienta poderosa en nuestro caminar espiritual. Poner las palabras en papel graba la sabiduría más profundamente en el corazón y la mente, lo que ayuda a crear una base bíblica sólida.

Pensemos en el rey David, que escribió muchos de los salmos. Tenía el hábito de anotar verdades sobre Dios. Como resultado, estaba preparado para las dificultades. En el salmo de ayer, por ejemplo, David dijo que no temía el mal (Sal 23.4). ¿De qué iba a tener miedo si Aquel que lo controla todo estaba a su lado (Sal 27.1)? ¿Cómo podía ser sofocado por la ansiedad ante la presencia reconfortante del Espíritu (Sal 34.4)? David se aferraba a las promesas de Dios, pero tenía que conocer esas garantías para poder confiar en ellas.

Escribir no es necesario para nuestro caminar con Dios, pero cuando estamos luchando con dificultades, eso puede ayudarnos a recordar verdades valiosas, como el hecho de que Dios nos sostiene (Is 41.10) y que nuestras dificultades tienen un propósito (Ro 5.3). Al recordar estas realidades espirituales, nuestra fe se fortalece. Entonces podremos enfrentar los desafíos posteriores con un fundamento de confianza más sólido.

Oración:

Señor, gracias por tu Palabra que es luz y guía en mi vida. Ayúdame a guardar tus verdades en mi corazón y a recordarlas en los momentos difíciles. Hazme entender que, como lo hizo David, puedo apoyarme en tus promesas y no temer, porque tú eres mi luz y mi salvación. Enséñame a reflexionar y a escribir las lecciones que me das, para que mi fe crezca y pueda enfrentar cada desafío con confianza en tu fidelidad. Fortalece mi espíritu y dame paz en medio de las tormentas, sabiendo que tú siempre estás a mi lado. En el nombre de Jesús, amén.