Versículo:
Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo. (Salmos 100:2)
Comentario:
La alegría se presenta una vez más como una característica de quien sirve al Señor con comprensión y una relación personal con Él.
Qué intrigante es ver a una persona, de cualquier profesión de fe, que se presenta triste y amargada; esto se vuelve aún más impresionante si esa confesión de fe es cristiana.
El salmista señala que al acercarnos – «venid»- debemos expresar esa alegría mediante cánticos, alabanzas cantadas, canciones que expresen nuestra devoción y nuestro respeto por el Dios al que servimos (léase Hebreos 13:15).
La música es, sin duda, uno de los medios más expresivos del culto; a través de ella la gente muestra su gratitud, revela sus deseos y confirma su fe.
Servir al Señor es una experiencia única, capaz de conmovernos, no sólo por la emoción de las palabras o de las melodías, sino sobre todo por la comprensión de todo lo que aprendemos en la lectura de su palabra y por los cantos que reflejan nuestra experiencia y se basan en esta palabra.
¡Servir a Dios (con un corazón entregado a Él y dispuesto) es definitivamente una experiencia que genera ALEGRÍA!
Estar ante Él (incluso a solas en el calor de mi habitación) es la oportunidad perfecta para magnificarlo con alabanzas.
Oración:
Señor, gracias por darme la alegría de poderte servir, alabar y glorificar con un corazón dispuesto a seguirte y a obedecer Tu voluntad. Amén