Versículo:
Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones. Salmos 100:4-5
Comentario:
Una de las primeras cosas que un niño aprende es que Dios es bueno. Pero la simplicidad de esta afirmación puede ser un poco engañosa. Eso es porque la bondad de Dios es multifacética, y abarca muchas de sus características.
Primero, el Señor es absolutamente perfecto y santo, lo que significa que solo Él es el estándar de toda justicia. Dios también es inmutable y, por lo tanto, su trato con nosotros está determinado por su carácter; incluso cuando somos rebeldes, Él sigue siendo bondadoso con nosotros. Como Padre celestial amoroso, responde con disciplina, no para aplastar el espíritu, sino para restaurar la relación rota.
Podemos ver la bondad del Señor en los regalos que Él nos da, incluyendo cada respiro que tomamos. Como nuestro Pastor amoroso, Él provee para todas nuestras necesidades. Pero la mayor expresión de la bondad de Dios es la cruz de Cristo. Lo que parecía cruel e injusto desde la perspectiva del hombre, fue la única manera de rescatarnos de una irremediable eternidad sin Dios.
La bondad del Padre celestial está entrelazada con cada uno de sus atributos, y por eso es un pilar de nuestra fe. Nos sostiene con confianza durante las dificultades, así que cuando no entendamos lo que el Señor está haciendo, podemos seguir confiando en que Él es bondadoso.
Oración:
Señor, gracias por Tu bondad, que me rescata de la prueba y de la aflicción y me mantiene firme para obrar siempre en la guía de Tu Santa Voluntad. No apartes de mi nunca tan grandioso Tesoro Padre, En El Nombre de Jesús, Amén.