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Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor. Escucha mi oración hecha de labios sin engaño. De tu presencia proceda mi vindicación; Vean tus ojos la rectitud. Salmos 17:1-2
Comentario:
Dios no necesita de nosotros. Él sabe qué pasos dar para cumplir sus propósitos. Pero, al mismo tiempo, nos llama a dedicarnos a la oración (Col 4.2). Y si obedecemos, aquí tenemos algunas bendiciones que nos esperan:
LA ORACIÓN NOS CAMBIA. Cuando buscamos el rostro del Señor y pasamos tiempo en su Palabra, somos transformados. Sus deseos se convierten en los nuestros, y nuestra mentalidad se alinea más estrechamente con sus pensamientos.
EL SEÑOR RESPONDE A NUESTRAS PETICIONES. Él promete escuchar y responder las oraciones de sus hijos, y nos asegura que actuará cuando nuestras peticiones estén de acuerdo con su voluntad (1 Jn 5.14, 15).
DIOS OBRA POR MEDIO DE NUESTRAS ORACIONES. Él ha escogido las oraciones de su pueblo como uno de los medios a través de los cuales cumple su voluntad en la Tierra y en la vida personal del creyente.
La oración permite que personas insuficientes se conecten con un Dios todo suficiente. Solo Él conoce nuestras necesidades y puede satisfacerlas si dependemos de Él por completo. A medida que crezca nuestra comprensión de su carácter, tendremos una mejor idea de qué pedir, y nuestras oraciones serán más eficaces. Así que, ¡no se rinda! Siga pasando tiempo con Dios y descubrirá las bendiciones de la oración.
Oración:
Señor, enséñame a depender de ti en oración, transformando mi corazón para que mis deseos se alineen con los tuyos. Que en cada súplica, tu voluntad sea hecha, y que mis oraciones sean un canal para que tu propósito se cumpla en mi vida. En El Nombre de Jesús, Amén.
