Versículo:
Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo. (Salmos 61:2)
Comentario:
A veces enn nuestras vidas, las situaciones apremiantes pueden sorprendernos como grandes y abrumadoras olas que se estrellan contra nuestra frágil estructura. Estas son situaciones difíciles que están fuera de nuestro control… ¿Dónde refugiarse en estos tiempos de angustia?
El salmista da una respuesta válida para esos tiempos de caída y sufrimiento: confiar en la «Roca eterna». Sí, Jesucristo es la roca más alta de todos nosotros. Si estamos seguros en Él, incluso si vienen vientos, tormentas y terremotos, nos pondrá a salvo en Él mismo. No temas, Dios está contigo siempre (Isaías 26:4)
Oración:
Señor, Tu que eres el sostén de mi vida, y mi mayor fortaleza, cimienta cada día mi andar, en la roca más alta, que es Tu maravillosa voluntad. Dependo de ti, confío en tu protección y gracia, y se que en Tu sabiduría puedo aprender a glorificarte y adorarte y seguirte en cada paso que dé.